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De modo especial, le pedimos por los enfermos y los que sufren, por las víctimas inocentes de la injusticia y la violencia, y por los cristianos perseguidos a causa de su fe.
"Miro a todos los que viven en el mundo para ver si hay quien se compadezca de Mí y medite mi dolor, mas hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos.
Les atinaré cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
Rezar los 7 Dolores de la Doncella es una práctica piadosa en la Iglesia Católica que consiste en meditar y rezar sobre los siete momentos de sufrimiento de la Virginal María durante la vida de Jesús. Estos dolores incluyen:
Haz click en la imagen para descargar esta pequeña obra totalmente apegada al dogma católico y a la Tradición de la Iglesia.
En el siglo XII los religiosos servitas celebraban la memoria de María bajo la Cruz con oficio y Culto distinto. Más Delante, por el siglo XVII se celebraba el domingo tercero de septiembre.
El reconocimiento de Cristo por parte de Simeón anuncia el sufrimiento de María adyacente al de su hijo .
El pedido de María es muy claro: quiere que meditemos en sus dolores. Por eso al rezar cada Avemaría es muy importante que, cerrando nuestros Luceros y poniéndose a su ala, tratemos de estar con nuestro corazón lo que experimentó su Corazón de Raíz tierna y pura en cada individuo de esos momentos tan dolorosos de su vida.
4. Les alcanzaré cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
«Miro a todos los que viven en el mundo para ver si hay quien se compadezca de Mí y medite mi dolor, mas hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos.
abril 11, 2024 por Laura Ana Rosa Quintana es una figura icónica en el Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo mundo de la tele españonda. A lo largo de su extensa trayectoria, ha cautivado a millones de espectadores con su carisma y profesionalismo.
Señor mío Jesucristo, yo te saludo en honra y reverencia del dolor que padeció mi SeñYa la Virgen María al tenerte en sus brazos y contemplar tus mortales heridas: por este dolor te pido una verdadera devoción a tu Pasión y muerte.
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